viernes, 8 de agosto de 2014

Family's visit = Batteries charged

Me ha costado encontrar tiempo para escribir el post de la visita de mi familia. ¿Que puedo decir? Para los tres minutos de verano que tiene Chicago, hay que aprovecharlos a tope. Sin embargo, no quería dejar pasar la oportunidad de contar la experiencia que ha supuesto el tener aquí conmigo a las personas más importantes del planeta.

Han sido seis meses de larga espera para poder abrazar de nuevo a mi madre, mi segundo padre y mi hermanilla, pero ha merecido la pena. Porque les he visto felices, les he visto disfrutar y sobretodo, les he visto sacar fotos (creo que es lo único que han hecho en estas dos semanas).

Cuando llegaron nos fuimos directamente a por el coche de alquiler y nos pusimos en camino hacia Canadá. Nuestra primera parada fue a las afueras de Cleveland, donde no entramos pues nuestro objetivo era llegar a las Cataratas del Niagara lo antes posible. Aunque en un principio íbamos a dividirnos el tiempo de conducción, la cara de felicidad de Ángel mientras disfrutaba del paisaje me convenció de que esta vez le tocaba a él ser copiloto (pero sin poner las manos en el GPS de mi móvil, que la lías).

Las Cataratas fueron sencillamente... impresionantes. Estuvimos un par de días admirando la vista. Nos montamos en el barco pensando que nos mojaríamos un poquito, y acabamos empapados como pulpos. En estos momentos, toda mi familia ya estaba convencida de que mi nueva Go Pro es la mejor compra que he realizado en mi vida, y no me extrañaría que al regresar a España tarden poco en conseguirse una para ellos. Aunque en un principio no pensábamos subir al mirador, mereció la pena ver las cataratas desde arriba. La inmensidad que se intuía desde abajo se aprecia en todo su esplendor desde esa altura.


Siguiente parada: Niagara on the Lake. Típico pueblo rodeado de viñedos que tiene pinta de ser un bodrio en invierno y donde se deben congelar hasta los pingüinos, pero que en verano tiene muchísimo encanto. Paseamos por sus calles y disfrutamos del vino local (del cual nos llevamos un par de botellas o diez para EE.UU.), yyyyyyyyyy por fin cumplí la promesa que llevaba años debiendo: invitar a algo a mi familia con mi sueldo. Así que ya se acabó el recordarme todo el rato la cantidad de cosas que iba a hacer con mi primer sueldo!!! ;)


Toronto... pues no estuvo mal. Aunque en principio a mi familia no les gustó demasiado lo que vieron, según empezaron a caminar por sus calles fueron viendo su encanto. Yo les decía todo el rato... esperad a ver Chicago... y es que aunque la ciudad es bonita, no tiene comparación con la que ya puedo considerar mi casa. Para mí, lo mejor de la ciudad fue el Distillery District, una de las zonas con más encanto y más ambiente, con música en directo en la calle y muy agradable para pasear.

Y por fin de vuelta a la Windy City! Lo cierto es que iba con un poco de miedo cuando les dejé en la ciudad por primera vez para irme a trabajar. Ellos son más de turimo natural, paisajes, pueblos pequeños... y Chicago... pues no tiene nada que ver con eso. Sin embargo, después de un sólo día paseando por sus calles ya estaban enamorados de absolutamente todo. Salía de trabajar y al encontrarme con ellos no podían quitar la sonrisa de la cara, y yo... pues estaba encantado de la vida.

Han sido unos días intensos, donde he podido cargar las pilas y hasta desesperarme a ratos (la familia es la familia...). Estoy deseando que vuelvan pronto. He estado tirando de los tapers que me dejaron durante casi una semana y la casa quedó más ordenada que nunca. Eso sí... la próxima vez que vengan... les busco un hotel baratito y así no se tienen que quedar en mi casa... para que estén más cómodos!! :p

Un abrazo a todos!!




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