domingo, 15 de diciembre de 2013

Cuenta atrás

A menos de un mes del día D, los nervios empiezan a querer dejarse ver entre las ganas y la excitación. Ya está todo preparado. Piso buscado, billete sacado, ilusiones organizadas.... La maleta no, la maleta es más bien algo de última hora en mi caso.

No puedo negar que las despedidas que han ido teniendo lugar a lo largo de estos días me están dejando un sabor agridulce. Y es que es inevitable pensar que decir adiós significa el comienzo de una nueva aventura, un nuevo reto en el que conocer más gente maravillosa. Pero es que se quedan tantos amigos atrás... A veces pienso que, en ese sentido, la vida del nómada te obliga a ser frío. Somos personas dispuestas a relacionarnos con todo el mundo y en todas las situaciones. Somos capaces de decidir si una persona es merecedora de nuestra amistad en tiempo record, y cuando nos hemos decidido, cuidamos a ese amigo con todo nuestro ser... y a la vez tenemos que ser capaces de decir adiós a estos compañeros de viaje, amigos y familias postizas que nos han aportado tanto en un momento de nuestras vidas. Sin embargo, no pasa nada. Porque aunque hay que estar preparado para separar estos lazos, las experiencias compartidas son tan fuertes que el nudo resiste. Y no importa lo lejos que vayamos a estar los unos de los otros, la amistad perdura.  Estas personas se convierten en puntos en el mapa de visita obligada donde siempre podré disponer de un sofá, una cama o un trozo de suelo sin siquiera tener que preguntar. Decir adiós cuesta, pero se hace llevadero al tener la certeza de que nunca es definitivo, porque eso también tiene la vida del nómada, cuando tienes un amigo en cualquier parte del mundo, tienes que ir a visitarle, y las despedidas son siempre HASTA PRONTO.

En fin, me pongo muy tonto con estas cosas. Debe de ser que se acercan las navidades. Desde luego, dejar atrás tantas cosas buenas merece la pena ante el mundo lleno de oportunidades que se presenta en el camino. Se me ponen los pelos de punta cuando pienso en lo cerca que estoy de recorrer las calles de Chicago, con mis 20 capas de abrigo encima, con mis botas de Goretex y mi gorro de lana (madre, que frío voy a pasar). Voy a conocer una nueva ciudad: la ciudad del viento, la tercera ciudad más elegida por Hollywood para rodar películas tras New York y Los Ángeles, la puerta de entrada a Canadá, el final de la Ruta 66, la ciudad de los muelles, de los parques y de los gangsters. Mi nueva casa. 



Mis compañeros de aventura no pueden ser más perfectos, mi compañero de piso no puede ser mejor, y en mi cuerpo no caben más ganas de que esta cuenta atrás pase rápido, que cierre los ojos y me encuentre en el aeropuerto entregando las maletas a una azafata muy simpática y guapa (puestos a imaginar...) y disfrutando de la salida, el vuelo, la llegada, los primeros días, la apertura del piso, la primera fiesta, los primeros días de trabajo, la housewarming party, los primeros paseos... todo. La espera está siendo lenta pero... que recompensa tan dulce voy a encontrarme al final de esta cuenta atrás. 

Esta experiencia va a ser única, especial e irrepetible. ¿Qué puedo decir? Lo cierto es que SOY FELIZ.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Preparativos de viaje.

Iniciar una nueva aventura siempre es un reto. No sólo por lo que implica el irte fuera tanto tiempo, personal y profesionalmente, sino por el estrés que causa prepararlo todo.

A la hora de realizar los preparativos del viaje, encontramos tres tipos de personas: 

1. Los kamikaze: Aquellos locos de la aventura que llegarán a su destino mochila en mano, sin haber mirado una miserable habitación donde quedarse porque... que más da!! Ya aparecerá algo, y si no, dormimos en el aeropuerto. En un viaje de estas características se debe tener cuidado con este tipo de personas. En estancias cortas, un ligero contratiempo por falta de preparación puede ser gracioso, y ya verás que risas nos echamos cuando todo esto haya pasado... pero en un periodo largo, mejor dejamos la improvisación en la maleta.

2. Los meticulosos: Estos también son un hueso duro de roer. Si les dejas, intentarán saber desde España hasta el nombre del recepcionista del hotel para los primeros días. Este grupo, investigará todo lo investigable, leerá todo lo leíble, y preparará todo lo preparable. Si tienes por compañero de viaje a un meticuloso y eres propenso al estrés, intenta mantener la calma, pues te bombardearán a enlaces sobre esto y lo otro, y querrán saber tu opinión hasta sobre el color de calzoncillos que deben usar en el avión.

3. Los remolque: Estos son los más fáciles de llevar. Todo les parece bien y no pondrán ninguna pega a nada. Eso sí, tampoco esperes que encuentren el piso de tus sueños... 

4. Los remolque con rueda pinchada: Estos tampoco harán mucho por preparar el viaje... pero encontrarán pegas a todas las propuestas del resto.

Meticulosos del mundo, vais a tener suerte. Me hallo en vuestro grupo y, a riesgo de que mis compañeros de equipo me llamen pesado, lo tengo todo bajo control (hasta el color de calzoncillos que llevaré en el avión). Por eso, en este y próximos posts detallaré mi experiencia a la hora de preparar mi estancia en Chicago.

EL VISADO.

Si vas a EE.UU por un largo periodo de tiempo, te hace falta un visado. El visado de turista sólo permite 3 meses en terreno americano, pero hay otros tipos dependiendo de si vas a estudiar, trabajar o realizar prácticas allí. Asegúrate de enterarte bien del tipo de visa que tienes que pedir, pues la mayoría de ellos requieren cita previa y sólo se pueden gestionar en persona desde la embajada estadounidense de Madrid. No quieres llegar allí y que te falte algún documento o haber pedido el tipo incorrecto.

Los requisitos que se piden dependen del tipo de visa que vayas a hacer. En general, todos requieren un formulario online y una foto carné, que se puede sacar directamente en la embajada por el módico precio de 5 eurazos.

Una vez gestionado, no tarda demasiado en llegar a casa, y ya estarás documentado adecuadamente para partir.

EL CAMBIO DE MONEDA.

Si te ves en el mismo caso que yo, en el que el dinero que recibes es en euros en una cuenta española, recomiendo que te abras una cuenta en el EVO banco. Me he pateado todos los diferentes bancos de Madrid, y el único que de verdad no cobra comisión de ningún tipo por absolutamente nada es este. El único inconveniente que tiene (aunque también pasa con los demás bancos) es que las transferencias de dinero a una cuenta americana cuestan en torno a los 25 €. Cómo yo soy muy rata, y ya voy a perder dinero en el cambio (gracias BCE por bajar los tipos de interés justo ahora) mi táctica va a ser sacar dinero con mi tarjeta española en un cajero de allí (con EVO es gratis sacar dinero en cualquier cajero del mundo) e ingresarlo en mi cuenta americana. De esta forma, perderé la menor cantidad posible en el camino.

En próximos posts hablaré de la búsqueda de vivienda, de las zonas donde me parece mejor instalarse y de la ropa más adecuada para llevarse, dependiendo de la época del año en la que llegues a la ciudad.

Un abrazo.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Destiny Calling

Terminas la carrera y eres un peón más en medio de una jungla infinita. Disparas sin apuntar a todas las oportunidades que se presentan, intentando desesperadamente buscar un lugar en la sociedad para crecer profesionalmente, preguntándote cuándo llegará el momento en que el esfuerzo de tantos años se verá recompensado. Y encuentras negativas, puertas que se cierran, rechazos continuados, porque aquí no hay trabajo para nadie, porque la cosa está jodida y porque hoy en día dos carreras no son nada sin 10 años de experiencia a la espalda.

Por eso cuando uno de esos disparos finalmente da en la diana, no puedes evitar respirar de alivio. Mi diana se llama ICEX, o Instituto de Comercio Exterior de España. Hace ya más de un año me presenté a las pruebas de esta beca de internacionalización un poco por probar suerte, un poco por desesperación. Nadie me hubiera dicho entonces que un año más tarde mi futuro estaría resuelto de una forma que nunca me podría haber imaginado.

Ha sido un año complicado. Duras pruebas de selección, un master de preparación sólo para los adictos a la presión, y muchas, muchas horas de esfuerzo y de trabajo. Pero hoy puedo decir que gracias al sacrificio, a la dedicación y, por qué no admitirlo, con un poco de suerte, comienzo una aventura nueva en un nuevo país, en una nueva ciudad: Chicago. Esta ciudad se convertirá en mi casa durante el próximo año, mientras mis otros 234 compañeros becarios estarán repartidos por el mundo, cada uno encargándose de ayudar a la Marca España desde el rinconcito del planeta que cierto mono con platillos haya escogido para ellos. Nuestra labor principal consistirá en apoyar a las empresas españolas que deseen iniciar su andadura internacional, proporcionándoles información, contactos y logística.



Nunca me había visto a mi mismo como esas personas que escriben un blog sobre sus experiencias. A fin de cuentas... ¿a quién le puede importar lo que me pasa o me deja de pasar? (siii maaamaaa, yo se que tu lo leerás todo y que a ti sí que te importa). Por eso con este blog, aunque será llevado desde un punto de vista personal, intentaré, más que contar lo que me sucede en el día a día, aportar trucos y consejos para aquellos locos aventureros que vayan a vivir en Chicago y necesiten un punto de partida para comenzar a moverse.

Intentaré cubrir todos los aspectos de la vida diaria en la ciudad, desde las mejores zonas para instalarse, hasta la vida nocturna, los mejores restaurantes y la oferta cultural (debido a mi alta tendencia al party hard, es probable que las entradas sobre bares abunden).

En fin, que inicio este blog con ilusión, esperando poder ser de ayuda para quien lo necesite, y para que mi madre entienda que, aunque no la llame todos los días, sigo vivo. ;)