viernes, 24 de enero de 2014

Primeros días. Frío nivel: Vértice polar.

Te acostumbrarás al frío... me decían. A partir de cierta temperatura ya no notas la diferencia... me decían. Lo importante es que te pongas capas... me decían. NO TENÉIS NI PUTA IDEA!! 

Los primeros días están siendo geniales. Ya estoy instalado, ya tengo casa, ya nos hemos peleado con los de la luz, el gas, internet, el móvil y toda la panda de saca dólares que hay por la ciudad. Ya tengo tarjeta de transporte y puedo moverme por el centro cual ardilla feliz en el campo. Todo es genial, maravilloso y... pasado por hielo. QUE FRÍO ESTOY PASANDO MADREEEEEE!! A quien se le ocurre soltar a un canario en la Ciudad del Viento. ¿Del viento? Sí, y de la nieve, del hielo, del frío, del dolor de cara mañanero, de los sabañones... 

A ver, que tampoco me quiero poner trágico... estoy seguro de que los pingüinos pasan más frío del que estoy pasando yo... Yo al menos tengo el congelador de casa, ahí se está tan calentito comparado con la calle...

En fin, que ciertamente, la temperatura está siendo un factor clave de mi llegada a la gran ciudad, pero no por ello está siendo menos emocionante. 

La oficina está en un lugar inmejorable. Pleno centro de Downtown, vistas a la Michigan Ave, una de las calles más importantes, y en la planta 15, lo que nos da unas vistas de infarto. El ambiente de trabajo es perfecto, y aunque nos estamos sumergiendo con lentitud en el mundo de los servicios personalizados, cada día parece más interesante.

Hemos tenido oportunidad de conocer los sitios más emblemáticos de la ciudad: Millenium Park, la torre Willis, el río Chicago...


Aunque lo cierto es que en lo que más rápido nos estamos poniendo al día es en bares... Y es que se está tan a gustito dentro... Lo de la cerveza es secundario (obviamente).

Estamos descubriendo que conocer gente con el frío es bastante complicado. Estas temperaturas no ayudan a salir a la calle, por lo que nuestras relaciones americano-españolas de momento van atrasadas. Pero ya hemos conocido a un grupito de españoles (y españolas) muy majete, así que pronto podré ir informando de discotecas y sitios chulos a los que nos lleven.

Resumiendo, la ciudad es preciosa, estoy más feliz que una perdiz, y aunque no doy saltos de alegría porque tengo las extremidades un poco agarrotadas, no dejo de pensar en lo divertido que va a ser el verano. Ojalá llegue pronto... 

Un abrazo a todos.